29.1.12

Plumas cayendo como agua de lluvia.

Los cuervos me atormentaban por la noche. Durante el día observaban fríos mis ojos y mi corazón. Y ya no sabía si querían mirarlo o arrancármelo a picotazos.
Malditos cuervos... criaturas de la mugre y mi carne música para sus paladares. Sólo percibían el fin.

Ardió el cielo y se rompió en mil pedazos.
Aullaban los lobos, la carne no les bastaba y sus ojos inyectados en sangre recorrieron tierras perdidas en busca de una respuesta.
Y yo estaba ahí, frente a ellos, frente a esos ojos color miedo que se apoderaban de mis últimos ápices de valía y en mi piel se clavaba su orgullo frustrado.
Me miraban. Me miraban muerte. Me miraban mierda y abismo. Pero a la vez, sus almas me miraban vida, me miraban cielos que hablaban agua.
Deseaban que el mundo volviera a girar.

Más allá de la escasez la madre Tierra temblaba, llorándole a una Luna sorda y muda por el paso de las guerras del mundo que en su regazo quedaban marcadas.

Le pedí al Sol que todo volviera a ser como antes. Que al alba todo resplandeciera y me cegara la vista, que sus destellos amarillos y rojos y a la vez transparentes me devolvieran la energía que el propio ser humano estaba reduciendo a cenizas.

Nos quedábamos sin piel. Ardíamos como nuestros ojos y no nos dimos cuenta del daño que podían llegar a hacer una mente y dos manos.

Nos basábamos en la ignorancia y en pedir. En hacer ver que dábamos. En reprimir. En criticar. En abusar. En humillar. En reducir. En insultar. En herir.

En matarnos a nosotros mismos.

No queríamos darnos cuenta que el Diablo habitaba en nuestro interior y siempre seguía ahí, en nuestros adentros.
Como plumas cayendo como agua de lluvia. Incolora. Insípida.
Insensible.

No nos bastaba nada. Ni siquiera el miedo.

No hay comentarios:







Todos éramos hermanos, al fin y al cabo. Pero no importaba.
No al menos durante esos años de servicio a la muerte.
Fue por ese entonces, que al alzar los brazos al aire las palomas
revoloteaban empapadas de angustia por esos corazones
cargados de metralla.