24.2.12

El Mundo no es nuestro, nosotros somos del Mundo.


No nos hace falta disimular el miedo.
No nos hace falta insinuar nada.
No renunciamos a nada porque somos capaces de todo.
No lloramos porque no íbamos a ser los débiles.
Nos esforzamos por impresionar con actos que ni siquiera nosotros creemos nuestros.
Sonreímos cada vez que alguien lo hace por el simple hecho de forjar una relación social.
Nos sentamos en la mesa y decimos el yes we can lo más alto que nuestra voz logre alcanzar.
Fingimos que el cielo está en todas partes.
Lo decimos todo.
Lo escuchamos todo.
Acto seguido, nos miramos en el espejo.
Y no decimos nada.
No escuchamos nada.
No entendemos nada.


No necesitamos balas de plata para matar al lobo que durante el día finge ser hombre.

Necesitamos comenzar a barrer mierda antes de que ésta nos entierre.

16.2.12

Pasamos media vida tratando de ser héroes

y no caemos en la maldita cuenta de que el héroe que buscamos está en nuestro interior.



No aprendimos a escuchar lo que nuestras manos quieren hacer.

10.2.12

Knock, knock, knocking on time's door.

Tiempo, quisiera pedirte perdón por hacerte ir de culo tantas tantísimas, demasiadas veces a lo largo de mi vida. Por querer que corras a mi gusto. Por desear que, a veces, pases lentamente y, en cambio, otras veces te vayas tan deprisa como has venido.

De corazón, perdóname. Y perdóname también si te digo que lo que hago contigo no tiene remedio. Que lo que digo no tiene sentido. Que es mi mente la que mueve imaginariamente las agujas del reloj y que tú siempre te has movido a la misma velocidad.

Perdóname si a veces hago como que no es así.


Perdóname por ser tan así, ya sabes. También sabes que me como la cabeza por miles de cosas.
Pero soy así. ¿Y cómo iba a ser, si no?

En cierta parte me da igual. En cierta parte no. Y es que tú eres quien mueve las cosas. Tú eres quien almacena recuerdos, quien proyecta instantes y quien anuncia futuros actos.

Cómo desearía comprenderte.

6.2.12

Los leones no son de Siberia. Siberia no es de los leones.

Lentamente me despido del poco gélido invierno que me queda por pasar.
Yo vivo en un pueblecillo de la provincia de Lérida llamado Balaguer y aquí el frío y la humedad te congela hasta los huesos. Estoy deseando que llegue el verano (sobre finales de junio o principios de julio) para mudarme a Antequera, la llamada Ciudad del Arte, en Málaga.
Ya puestos a escribir, he de decir que me mudo porque mi pareja, Jose (al que en los textos del blog llamo Crow) es de Antequera, y esa es una ciudad que me enamora y para nada dudé desde el primer momento en irme a vivir ahí.



Hay que ver lo que hace conocer a alguien por Facebook, ¿eh? Y no me arrepentiré jamás.
Hay quien piensa que irse de casa a los 18 y además lejos, y además por amor, es una maldita locura. Pero, ¿sabéis qué? Por amor me arriesgaría centenares, miles, millones de veces, joder.
Quiero dejar el pasado a un lado y rehacer mi vida e irme con Jose.
Me siento una novata en esto de independizarse, pero si nunca es tarde para hacer según que cosas, nunca es pronto tampoco. Y qué narices, si sólo se vive una vez, pues a vivirla bien.
Sé que voy a poder con esto (y si además, compartimos los dos la misma estética, gustos y pensamiento, pues mejor todavía), nada es fácil, pero sé que puedo.

Supongo que estaréis pensando en qué hago escribiendo esto aquí; que distorsiona la estructura del blog. Pues a mi me da igual. Me apetece escribir sobre esto porque éste es mi blog y, además, me siento feliz de encontrarme en una situación tan buena. Siempre he querido dejar el piso en el que vivo e independizarme en una casita.
La verdad es que Andalucía me ENCANTA. Siempre me ha encantado. Me gusta por su Sol y el calor que desprende. Me gusta su gente, su gastronomía y el dialecto andaluz. Me gusta Antequera y su belleza. Me gusta la grandeza de Málaga, pasar los sábados allí, comer en ella. Me gusta disfrutar del aire que desprende aquello y olvidarme del frío. Como único inconveniente pongo al sofocante calor que asciende a más de 40 grados; sin embargo, sigo enamorándome de Andalucía. Y sé que mi vida está allí. Que tengo que irme. Sé que echaré de menos a mi familia.
Pero la vida sigue y repito, por amor yo me iba hasta la otra punta de de la Tierra.
Porque sí.
Porque estoy deseando cojer otra vez el AVE.
Porque me siento como un león en Siberia. Y Siberia no es para mí.

Andalucía, espérame cálida, que pronto yo vendré a acurrucarme en ti.

5.2.12

Vocablo de mis entrañas, que me aturdes el alma.

Duerme, pequeñita. Sueña que te fundes en agua y no pienses en nada. Sumérgete en el azul de tus sueños.
Cierra tus ojos verde oliva y respírame hacia el alma, que yo estaré observando como callas.
Yo cantaré por ti.



Mi dulce niña gris, que respiras rojo.

2.2.12

Nieve.


Lléname de cálido frío.

Lléname de frío cálido.

Lléname del abismo mío.

Llévame al abismo pálido.


Efímera nieve, que oscilas en mi.






Todos éramos hermanos, al fin y al cabo. Pero no importaba.
No al menos durante esos años de servicio a la muerte.
Fue por ese entonces, que al alzar los brazos al aire las palomas
revoloteaban empapadas de angustia por esos corazones
cargados de metralla.