24.2.12

El Mundo no es nuestro, nosotros somos del Mundo.


No nos hace falta disimular el miedo.
No nos hace falta insinuar nada.
No renunciamos a nada porque somos capaces de todo.
No lloramos porque no íbamos a ser los débiles.
Nos esforzamos por impresionar con actos que ni siquiera nosotros creemos nuestros.
Sonreímos cada vez que alguien lo hace por el simple hecho de forjar una relación social.
Nos sentamos en la mesa y decimos el yes we can lo más alto que nuestra voz logre alcanzar.
Fingimos que el cielo está en todas partes.
Lo decimos todo.
Lo escuchamos todo.
Acto seguido, nos miramos en el espejo.
Y no decimos nada.
No escuchamos nada.
No entendemos nada.


No necesitamos balas de plata para matar al lobo que durante el día finge ser hombre.

Necesitamos comenzar a barrer mierda antes de que ésta nos entierre.

No hay comentarios:







Todos éramos hermanos, al fin y al cabo. Pero no importaba.
No al menos durante esos años de servicio a la muerte.
Fue por ese entonces, que al alzar los brazos al aire las palomas
revoloteaban empapadas de angustia por esos corazones
cargados de metralla.