De corazón, perdóname. Y perdóname también si te digo que lo que hago contigo no tiene remedio. Que lo que digo no tiene sentido. Que es mi mente la que mueve imaginariamente las agujas del reloj y que tú siempre te has movido a la misma velocidad.
Perdóname si a veces hago como que no es así.
Pero soy así. ¿Y cómo iba a ser, si no?
En cierta parte me da igual. En cierta parte no. Y es que tú eres quien mueve las cosas. Tú eres quien almacena recuerdos, quien proyecta instantes y quien anuncia futuros actos.
Cómo desearía comprenderte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario